Gato del pajonal: El sigiloso felino que habita entre el desierto y el mar de Sechura

En lo profundo de los ecosistemas áridos y poco explorados del norte peruano, donde el desierto de Sechura se funde con el océano Pacífico, habita un pequeño y escurridizo felino que pocos han visto y aún menos conocen: el gato del pajonal (Leopardus colocola), también conocido en otras regiones como gato andino del pajonal o gato de las pampas.

Esta especie es un verdadero enigma para la ciencia en el Perú. De hábitos mayormente nocturnos, cuerpo ágil y mirada penetrante, el gato del pajonal es un depredador adaptado a sobrevivir en algunos de los hábitats más extremos del continente sudamericano. Su presencia en la región de Sechura representa no solo un dato biológico relevante, sino también una oportunidad para comprender mejor la biodiversidad costera y desértica del país.


Gato del pajonal (Leopardus colocola).


🌎 Distribución amplia, información escasa

El Leopardus colocola tiene una distribución sorprendentemente extensa. Se le encuentra desde el norte de Ecuador hasta el centro-sur de Argentina, incluyendo sectores de Bolivia, Paraguay, Uruguay y el sur de Brasil. Abarca un rango altitudinal que va desde el nivel del mar hasta los 5,704 metros de altitud, lo que lo convierte en uno de los felinos más adaptables de América del Sur.

En Perú, sin embargo, su presencia ha sido muy poco estudiada, especialmente en regiones como Piura y el desierto de Sechura. La subespecie registrada en territorio nacional es el Leopardus colocola garleppi, un ejemplar cuya taxonomía ha sido objeto de recientes debates científicos. En muchos casos, incluso se ha confundido con el gato andino (Leopardus jacobita) o con el ocelote (Leopardus pardalis) debido a su parecido físico.

Actualmente, la Lista Roja de la UICN lo cataloga como “Casi Amenazado”, mientras que en el Perú figura con el estatus de “Datos Insuficientes”, debido a la falta de registros y estudios sistemáticos. A nivel internacional, también está incluido en el Apéndice I de la CITES, que restringe fuertemente su comercio internacional debido al riesgo que enfrentan sus poblaciones.


🐾 Características físicas: pequeño pero impresionante

El gato del pajonal es un felino de tamaño pequeño, aunque robusto. Mide entre 53 y 65 centímetros de largo, con una cola adicional de unos 30 a 35 cm, y un peso que varía entre 2.8 y 5 kilogramos. A pesar de su tamaño modesto, es un excelente cazador, muy ágil y silencioso.

Su pelaje presenta una gran variabilidad a lo largo de su extenso rango. En el caso de la subespecie peruana (L. c. garleppi), el pelaje es gris amarillento o rojizo, decorado con manchas irregulares amarillentas o rojo-oxidadas, dispuestas en ángulos a lo largo del cuerpo. Su cola, larga y delgada, posee entre 7 y 9 anillos rojizos que se alternan con franjas más claras, un patrón útil para el camuflaje en ambientes secos y abiertos.

Este felino tiene una esperanza de vida promedio de 9 años en la naturaleza, aunque en cautiverio se han registrado ejemplares que vivieron hasta 16,5 años, lo cual revela su potencial longevidad si cuenta con condiciones favorables.


🏞️ Hábitat: desde pampas hasta manglares

El gato del pajonal ha demostrado una notable capacidad de adaptación a diversos hábitats:

  • Pajonales altoandinos y pastizales secos
  • Bosques secos tropicales, como los de la región Tumbesina
  • Humedales y pantanos de altura
  • Ecosistemas áridos, como los desiertos costeros del sur de Ecuador, norte de Perú y norte de Chile

Lo más sorprendente es su presencia en zonas como el desierto de Sechura, particularmente en áreas cercanas al Estuario de Virrilá, los Manglares de San Pedro, y algunas zonas de transición entre matorrales y humedales en la costa piurana. Allí, su rol ecológico es crucial como regulador natural de poblaciones de roedores y aves pequeñas.


🦴 Dieta y comportamiento

El gato del pajonal es carnívoro y oportunista. Su dieta incluye principalmente:

  • Roedores
  • Aves terrestres y playeras
  • Lagartijas y reptiles
  • Insectos grandes

Es un cazador solitario, sigiloso y mayormente nocturno, aunque en zonas remotas también puede tener actividad crepuscular. Utiliza su pelaje para mimetizarse con el entorno y emboscar a sus presas. En zonas costeras, incluso ha sido visto explorando manglares y zonas salobres, algo poco común entre felinos sudamericanos.


🚨 Amenazas: un peligro silencioso

Aunque no es ampliamente conocido por el público, el gato del pajonal enfrenta múltiples amenazas en toda su área de distribución:

  • Pérdida de hábitat, debido a la expansión agrícola, ganadera y urbana.
  • Caza y captura ilegal, ya sea por temor, ignorancia o para su venta como mascota exótica.
  • Fragmentación del paisaje, que impide su desplazamiento entre hábitats seguros.
  • Conflictos con humanos, al ser confundido con especies depredadoras de aves de corral.
  • Tráfico ilegal de fauna silvestre, lo que ha llevado a su inclusión en convenios internacionales de protección.

En el caso de la costa norte peruana, la minería informal, la agricultura no planificada y el ingreso de especies invasoras como perros ferales representan amenazas adicionales a sus frágiles ecosistemas.


🔬 Investigación pendiente y oportunidades de conservación

Uno de los principales retos que enfrenta la conservación de este felino en Perú es la falta de información científica actualizada. Existen muy pocos registros fotográficos, monitoreos con cámaras trampa o estudios genéticos sobre la subespecie garleppi en la costa norte. Su presencia en Sechura es aún considerada marginal por algunos investigadores, pero nuevas observaciones y tecnologías como los drones o el análisis de ADN ambiental (eDNA) podrían cambiar esta perspectiva muy pronto.

Organizaciones conservacionistas, universidades y autoridades ambientales tienen en sus manos la posibilidad de colocar al gato del pajonal como especie bandera en las campañas de conservación del desierto de Sechura. Además, su carisma visual lo convierte en un excelente embajador para proyectos de educación ambiental en comunidades locales y escolares.


🌿 Una joya silvestre por descubrir

El gato del pajonal sigue siendo, para la mayoría de peruanos, un fantasma del desierto. Su vida transcurre en silencio, entre la arena, el viento y los matorrales del norte. Pero cada nuevo registro, cada fotografía, cada dato, es una pieza clave para armar el rompecabezas de su conservación.

Conservarlo no es solo proteger a un felino: es proteger todo un ecosistema olvidado, que aún guarda secretos y maravillas por descubrir. El desierto de Sechura, lejos de ser un páramo vacío, es hogar de vida única. Y el gato del pajonal es uno de sus mejores representantes.

Publicar un comentario

0 Comentarios