Servicios ambientales de Sechura: biodiversidad que impulsa la economía

🌿 Biodiversidad como motor económico del Desierto de Sechura

En el árido pero sorprendentemente fértil Desierto de Sechura, al sur de Piura (Perú), la biodiversidad no solo representa una riqueza ecológica, sino también un sustento clave para la economía local. Gracias a los humedales, los bosques secos, el mar cercano y sus recursos minerales, esta zona ofrece una combinación única de actividades productivas que dependen directamente de sus ecosistemas. Pesca artesanal, ganadería, minería, turismo y artesanías se entrelazan en un delicado equilibrio que aporta trabajo, alimento e identidad cultural a miles de habitantes. A continuación, exploramos cómo estos servicios ambientales sostienen el desarrollo de Sechura en pleno siglo XXI.


🎣 Pesca artesanal: vida y sustento en los humedales

La pesca artesanal no embarcada sigue siendo la actividad principal para muchas familias de las comunidades cercanas a los humedales de Sechura. Con 28 zonas de pesca identificadas —principalmente en los humedales de Virrilá, Ñapique, La Niña y San Pedro de Vice— esta práctica representa una fuente de ingresos vital.

Durante las temporadas de pesca, los pescadores construyen rústicas “pescanas”, viviendas temporales hechas con esteras y palos, donde habitan por semanas. La pesca está estrechamente ligada a los aportes hídricos estacionales, especialmente a los eventos climáticos como El Niño, que aumentan el caudal de los humedales y favorecen la reproducción de especies hidrobiológicas.

Actualmente, se han identificado al menos 41 especies de peces, de las cuales 31 tienen valor comercial, destacando la “lisa” (Mugil cephalus), “tilapia” (Oreochromis niloticus), “carpa” (Cyprinus carpio), y distintas variedades de mojarra y pámpano. Algunas especies, como la raya (Urotrygon chilensis), utilizan los estuarios para desovar, mientras que la carpa se reproduce cada dos meses en la laguna Ñapique.

🔴 Sin embargo, la actividad no está exenta de impactos ambientales. El mantenimiento de embarcaciones en “la bocana de Parachique” deja residuos como plásticos, redes usadas y combustible, lo cual afecta gravemente a tortugas marinas y aves migratorias.


Pescadores artesanales frente a la bahía de Sechura.


🐐 Ganadería tradicional: entre algarrobos y sequías

La crianza de ganado en Sechura, liderada por socios de la Empresa Comunal de Servicios Agropecuarios San Cayetano (ECOMUSA), se realiza principalmente en las zonas cercanas a Illescas y Virrilá, muchas de ellas dentro de la concesión del proyecto minero Bayóvar.

El ganado caprino representa el 64% del total, seguido por ovinos (20%) y vacunos (9%), según un censo realizado por Golder en 2007. Estas cifras reflejan la dependencia del ecosistema de bosque seco de algarrobo, cuyas vainas sirven como alimento natural del ganado. Durante las lluvias o el Fenómeno El Niño, el desierto florece, proporcionando pasto fresco para el ganado.

Las familias ganaderas suelen turnarse para cuidar al rebaño, o emplean a peones. Sus corrales están dispersos por la aridez del paisaje, lo cual complica la logística y ha provocado que muchos ganaderos abandonen temporalmente la actividad ante la falta de forraje y agua.

💧 Un punto crucial para el ganado es el pozo de tratamiento de agua de la ex Empresa Comunal Grau, cerca de Illescas, donde aún se abastece parte del hato ganadero.


La ganadería caprina es la principal actividad pecuaria en el bosque seco de Sechura.


⛏️ Minería: fosfatos y salmuera, recursos de valor global

Uno de los pilares más importantes de la economía sechurana actual es la minería, con énfasis en los yacimientos de roca fosfórica y depósitos de salmuera. El proyecto Bayóvar, operado por la empresa Miski Mayo (subsidiaria de Mosaic Company desde 2021), se ha convertido en un actor clave de la industria minera peruana.

Los yacimientos fueron descubiertos en los años 50, pero su explotación comenzó recién en 2010. Hoy se estima que existen más de 503 millones de toneladas de roca fosfórica, un recurso estratégico para la producción de fertilizantes a nivel mundial.

Estos depósitos no requieren voladuras ni perforaciones profundas, lo que facilita su extracción. Las capas están compuestas por sedimentos marinos acumulados durante millones de años, resultado de un antiguo mar que cubría el desierto.

Por otro lado, las reservas de salmuera, con un volumen estimado en 1,431 millones de toneladas métricas, se distribuyen en tres grandes cuencas: Zapayal, Ñamuc y Ramón (esta última, la más importante), ubicada a 50 km al noreste de Bayóvar.


Puerto Bayóvar que traslada los fosfatos de Sechura hacia el mundo.


🌞 Turismo vivencial y artesanía local: cultura y naturaleza

Los humedales de Sechura y sus alrededores se están posicionando poco a poco como un destino de turismo ecológico y vivencial. Aunque todavía se trata de una actividad en crecimiento, las visitas a sitios naturales aumentan cada año, especialmente en primavera y verano.

Lugares como el Estuario de Virrilá, los Manglares de San Pedro, Chulliyachi, las playas de Matacaballo, el Médano Blanco y Playa Reventazón en Illescas, son los más frecuentados. A pesar de la falta de estadísticas oficiales, se sabe que hay excursiones estudiantiles, visitas de familias locales, y cada vez más presencia de turistas nacionales, principalmente de Lima y Piura.

🚐 La accesibilidad es otro punto a favor: Sechura está conectada por carretera asfaltada con Piura y Chiclayo.

🧵 En paralelo, las mujeres sechuranas han impulsado un pujante sector artesanal, utilizando recursos naturales como conchas de bivalvos, semillas, y fibras secas. Muchas pertenecen a asociaciones apoyadas por las municipalidades de Vice y Sechura, y reciben capacitación de ONGs y empresas privadas. Estas artesanías se exhiben en ferias locales y cada vez más en espacios regionales y nacionales.


Mujer artesana de la comunidad de Cerritos en el distrito de San Cristo.


🌎 Conclusión: la biodiversidad es riqueza cuando se gestiona con equilibrio

El Desierto de Sechura demuestra que incluso los ecosistemas más áridos pueden ser una fuente de vida y desarrollo económico. Sin embargo, este desarrollo debe ir de la mano con una gestión sostenible. Los servicios ecosistémicos —pesca, ganadería, minería, turismo y artesanía— dependen del delicado equilibrio natural de los humedales y bosques secos. Fomentar prácticas sostenibles y fortalecer la educación ambiental local serán claves para que esta riqueza se mantenga y beneficie a las futuras generaciones.

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