Áreas naturales clave para la conservación en Sechura: un refugio de vida y biodiversidad
Manglares de San Pedro y Chuyillache: oasis verdes frente al desierto y el mar
En pleno corazón del árido desierto de Sechura, en el departamento de Piura, florecen dos joyas naturales que sorprenden a todos los que las visitan: los Manglares de San Pedro de Vice y Chuyillache. Estos ecosistemas únicos no solo destacan por su belleza paisajística, sino también por su papel esencial en la conservación de la biodiversidad costera del norte peruano.
Ambos manglares se sitúan cerca de las desembocaduras de los canales del dren Sechura, en la vasta Bahía de Sechura. El Manglar de San Pedro, el más extenso de los dos, se ubica aproximadamente a 17 km al suroeste del distrito de Vice, mientras que el Manglar de Chuyillache se encuentra más al sur, a unos 8 km al oeste de la ciudad de Sechura.
Estas formaciones vegetales representan el límite más austral de la presencia de manglares en la costa del Pacífico suramericano. Su existencia depende de un equilibrio frágil entre las aguas dulces provenientes del dren Sechura, el mar y las condiciones climáticas locales.
Un origen ligado al fenómeno de El Niño y al esfuerzo humano
El manglar de San Pedro empezó a consolidarse a finales de los años 70, pero fue durante los eventos de El Niño de 1983 y 1998 cuando experimentó una notable expansión. En el caso de Chuyillache, su nacimiento es más reciente: se desarrolló durante los primeros años del siglo XXI gracias a un esfuerzo comunitario, cuando pobladores de Sechura plantaron mangles en una zona antes conocida como Palo Parado.
Actualmente, el manglar de San Pedro se extiende a lo largo de 310 hectáreas, cubriendo los últimos 7 km del canal norte del dren Sechura hasta llegar al mar. Chuyillache, por su parte, ocupa aproximadamente 92 hectáreas, comenzando a unos 450 metros de la desembocadura del canal sur.
Una biodiversidad sorprendente en el desierto costero
A pesar de ser relativamente pequeños en comparación con los famosos manglares de Tumbes, estos ecosistemas albergan cuatro de las cinco especies de mangles presentes en el Perú, lo cual los convierte en refugios vitales para una gran variedad de flora y fauna silvestres.
Riqueza biológica de los manglares sechuranos
🌿 Flora silvestre: más que árboles de mangle
En los manglares de San Pedro y Chuyillache se han identificado al menos 56 especies de plantas fanerógamas (plantas con flores visibles). De estas, ocho se encuentran en peligro o con alguna categoría de amenaza según el Estado peruano. Entre ellas se incluyen:
- Mangle rojo (Rhizophora mangle)
- Mangle blanco (Laguncularia racemosa)
- Mangle negro (Avicennia germinans)
- Algarrobo (Prosopis pallida y Prosopis juliflora)
- Espino (Acacia macracantha)
- Vidrio (Batis maritima)
- Sapote (Colicodendron scabridum)
La vegetación también incluye especies de gran uso tradicional y cultural. Por ejemplo, la enea (Typha angustifolia) se emplea para elaborar artesanías y techos, y la estera (Scirpus maritimus) para fabricar esteras. Además, se han registrado al menos 36 plantas con propiedades medicinales, como la flor de arena (Tiquilia dichotoma) y la hierba blanca (Alternanthera pubiflora), utilizadas en la medicina popular local.
🐦 Fauna silvestre: paraíso de aves y otros animales
Los manglares de Sechura son un verdadero santuario para las aves. En San Pedro se han observado 169 especies y en Chuyillache 109 especies, entre residentes, visitantes temporales y migratorias.
Entre ellas destacan:
- Aves del bosque seco, como:
- Colaespina acollarado (Synallaxis stictothorax)
- Ruiseñor costeño (Cantorchilus superciliaris)
- Chutuque (Piezorhina cinerea)
- Aves acuáticas continentales, como:
- Pato de media luna (Anas bahamensis)
- Zambullidor (Podilimbus podiceps)
- Espátula rosada (Platalea ajaja)
- Aves marinas de la Corriente de Humboldt, como:
- Pelícano pardo (Pelecanus occidentalis)
- Piquero peruano (Sula variegata)
- Gaviota peruana (Larus belcheri)
- Gaviotín peruano (Sternula lorata)
También son cruciales para al menos 32 especies de aves migratorias, que usan estos humedales como punto de descanso y alimentación. La más numerosa es la gaviota de Franklin (Leucophaeus pipixcan), junto al gaviotín real y el gaviotín elegante, que pueden formar bandadas de hasta 30 mil individuos.
El lugar incluso alberga más del 1 % de la población mundial del playerito arenero (Calidris alba), motivo por el cual fue incluido en la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras (RHRAP).
🐾 Mamíferos, reptiles y anfibios
Los manglares y sus alrededores también son hogar de mamíferos emblemáticos del desierto como:
- * El zorro de Sechura (Lycalopex sechurae)
- * El zorrillo (Conepatus semistriatus)
- * La zarigüeya común (Didelphis marsupialis)
- * El ratón silvestre (Aegialomys xanthaeolus)
- * El gato del pajonal (Leopardus colocola)
En cuanto a reptiles, hay 15 especies registradas, entre ellas:
- El “jañape” (Phyllodactylus reissii)
- El “cañán” (Dicrodon guttulatum)
- El “capón” (Microlophus occipitalis)
- La iguana verde (Iguana iguana)
- La falsa iguana (Callopistes flavipunctatus)
- Las culebras como Pseudalsophis elegans y Oxyrhopus fitzingeri
- Y la venenosa coral (Micrurus tschudii)
En cuanto a anfibios, se han registrado el sapo común (Rhinella marina) y la pequeña ranita costera (Leptodactylus labrosus).
Protección y gestión ambiental: compromiso local e internacional
Los Manglares de San Pedro de Vice fueron reconocidos en junio de 2008 como Sitio RAMSAR, una distinción internacional que los reconoce como humedal de importancia mundial. Su área protegida abarca 3,399 hectáreas, bajo gestión del Comité de Gestión del Sitio RAMSAR, con liderazgo de la Municipalidad Distrital de Vice y el soporte técnico del Ministerio del Ambiente.
Por otro lado, los Manglares de Chuyillache fueron declarados Área de Conservación Ambiental en 2016, con una extensión de 1,595.38 hectáreas. Su gestión está a cargo de la Municipalidad Provincial de Sechura, que busca promover su conservación, fomentar el turismo ecológico responsable y garantizar un aprovechamiento sostenible de los recursos.
🌿 Conclusión: un tesoro natural que debemos proteger
Los manglares de Sechura no solo son fuentes de vida y equilibrio ecológico, también son ejemplos de cómo la naturaleza puede florecer en medio de condiciones extremas, y de cómo las comunidades locales han sabido valorar y cuidar este entorno. Proteger estos ecosistemas es proteger el futuro de Sechura y del norte del Perú.
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