La influencia de las corrientes marinas en la biodiversidad del desierto de Sechura
La biodiversidad del desierto de Sechura no se entiende sin observar lo que ocurre frente a sus costas. El mar adyacente a esta región, ubicado en el noroeste del Perú, no solo moldea su clima desértico, sino que es clave en la regulación de su rica y peculiar biodiversidad. La interacción de dos grandes masas de agua —la fría corriente de Humboldt y la cálida corriente ecuatorial— genera un fenómeno único: un ecotono marino, es decir, una zona de transición entre dos ambientes acuáticos con características contrastantes. Esta mezcla de aguas templadas y tropicales propicia una extraordinaria productividad marina y diversidad de especies que impactan directa e indirectamente en los ecosistemas costeros y continentales de Sechura.
El papel de la corriente de Humboldt y el ecotono marino
La corriente de Humboldt, una de las más importantes del planeta, fluye de sur a norte arrastrando aguas frías y cargadas de nutrientes desde las profundidades del océano hacia la superficie, mediante un proceso conocido como afloramiento. Sin embargo, frente a la península de Illescas, esta corriente se desvía hacia mar adentro por la configuración costera. A partir de este punto (conocido como Punta Aguja), la influencia de la corriente se reduce gradualmente hacia el norte, donde comienza a mezclarse con la corriente ecuatorial cálida del sur, especialmente en el área entre Cabo Blanco y la bahía de Sechura.
Este ecotono marino, o zona de mezcla entre aguas frías y cálidas, es vital para el equilibrio ecológico. La interacción térmica favorece la disponibilidad de nutrientes esenciales y convierte a la bahía de Sechura en una de las áreas de mayor productividad biológica en Sudamérica.
Afloramientos marinos: una fábrica de vida
El sistema de afloramientos marinos frente a las costas de Piura y Lambayeque está considerado entre los más productivos del mundo, comparable con zonas como las costas de Namibia y California. En Perú se han identificado cinco principales centros de afloramiento, y dos de ellos se localizan en la región de Sechura: uno cerca de Paita (aprox. a 5° latitud sur) y otro en Punta Aguja (6° latitud sur).
Estos afloramientos arrastran a la superficie nutrientes como nitratos y fosfatos, procedentes de la descomposición de materia orgánica depositada en el fondo marino. Al llegar a la superficie, estos nutrientes son utilizados por el fitoplancton, que gracias al dióxido de carbono disuelto y la energía solar, inicia el proceso de fotosíntesis marina, formando la base de toda la cadena alimenticia del océano.
Impacto en la fauna marina y costera
Gracias a esta alta productividad primaria, la bahía de Sechura alberga numerosos cardúmenes de especies clave tanto para los ecosistemas marinos como para la economía local. Entre las especies más destacadas están:
- Anchoveta (Engraulis ringens)
- Calamar gigante o pota (Dosidicus gigas)
- Concha de abanico (Argopecten purpuratus)
- Calamar común (Loligo gahi)
- Samasa (Anchoa nasus)
- Lisa (Mugil cephalus)
La anchoveta y la samasa son esenciales en la dieta de aves marinas como el piquero y el pelícano. La lisa, en cambio, sirve como alimento para aves acuáticas que habitan los humedales costeros. Además, los moluscos como el calamar o la concha de abanico son parte importante de la dieta de las tortugas marinas, algunas de ellas en estado vulnerable.
Por si fuera poco, en las zonas marinas alrededor de las islas Lobos de Tierra y Lobos de Afuera crecen extensas praderas submarinas de macroalgas, especialmente Caulerpa filiformis, una especie que no solo sirve de refugio para juveniles de peces y moluscos, sino que también es fundamental para el desarrollo de las semillas de concha de abanico, una de las principales especies cultivadas en la región.
¿Puede el desierto nutrir al mar?
En otros desiertos del mundo, como el Sahara, el polvo transportado por el viento lleva nutrientes —como fósforo o hierro— a las aguas oceánicas, ayudando a fertilizar el fitoplancton. Aunque el desierto de Sechura también contiene importantes depósitos minerales (como fosfatos), los estudios hasta ahora indican que su aporte directo de polvo y nutrientes al mar no es muy significativo. La fertilidad marina en esta región proviene principalmente de los afloramientos y, de forma secundaria, del arrastre de sedimentos durante crecidas de los ríos Piura y Cascajal, especialmente en años de fenómeno El Niño.
No obstante, la riqueza mineral de la zona y el impacto potencial del polvo del desierto siguen siendo áreas de interés para investigaciones futuras.
Un punto caliente para aves migratorias
Gracias a esta fertilidad oceánica y a la abundancia de alimento, el mar frente a Sechura se convierte, durante ciertos periodos del año, en un refugio estacional clave para miles de aves migratorias que se alimentan, descansan o anidan en sus costas y humedales. Estas especies encuentran aquí un ecosistema temporalmente abundante, antes de continuar su travesía entre hemisferios.
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